El libro I narra los acontecimientos desde la sublevación de los Macabeos (167 a. C.) hasta la muerte de Herodes I el Grande, siendo el único de los reyes judíos sobre el cual Josefo se extiende con detalle. Por último, el libro VII es un añadido posterior y menos riguroso que se centra en las últimas operaciones militares romanas en Judea, como la conquista de las tres últimas fortalezas judías rebeldes (el Herodión, Maqueronte y Masada), los honores recibidos por los Flavios en Roma y las postreras revueltas judías de Egipto y Cirene. Y es que, Tito Flavio Sabino Vespasiano capturó a los supervivientes, trasladó a muchos hasta la capital y les obligó a levantar el Coliseo. Así pagaba el César a sus deslomados esclavos». El objetivo último de la obra sería el de desanimar cualquier futura rebelión contra el poder romano, firmemente establecido en una zona tan conflictiva como el Mediterráneo oriental, algo que Josefo llega a insinuar en la misma obra.[4]​. Pero la tragedia quedó ensombrecida por la brutalidad que vendría después. El libro III versa sobre la campaña de los romanos en Galilea hasta otoño del año 67, relatando la llegada al frente de Vespasiano, la toma de Jotapata y la rendición de Josefo. El cronista Flavio Josefo (un antiguo general judío que se había cambiado de bando) dejó constancia de esta barbarie en su obra «La guerra de los judíos»: «Se metieron por las callejuelas con sus espadas en las manos, mataron sin hacer distinción a todos los que se encontraron e incendiaron las casas con la gente que se había refugiado en ellas. Los romanos dejaron esta actividad sanguinaria al atardecer». ¿Cómo es posible que el Imperio romano cometiera tal atrocidad? Durante la guerra Vespasiano se hizo patrón de Flavio Josefo, un líder de la resistencia judía, que en su trabajo La guerra de los judíos ofrece una visión cercana del futuro emperador y de su heredero Tito durante la guerra. Aunque al principio los judíos tuvieron éxito, cuando el general Vespasiano avanzó con el ejercito principal desde Antioquía hacia Galilea, quemando y asesinando, los insurgentes huyeron o se refugiaron Los más robustos fueron convertidos en gladiadores y, por último, las mujeres y los niños fueron vendidos como esclavos. Tal y como explica Dando-Collins en su obra, el revanchismo imperial quedó claro cuando el mismo Vespasiano se topó con el mar Muerto. El libro II avanza desde ese momento (4 a. C.) hasta el año 66, centrándose en los sucesores de Herodes y el gobierno de los procuradores romanos, describiendo los inicios de la revuelta judía en Cesarea y las primeras actividades en Galilea del propio Josefo como líder militar. Tras solicitar a su hijo Tito que reuniera todas las legiones que pudiera en Egipto, el veterano líder militar (sumaba 56 años a sus espaldas e innumerables campañas) se puso en marcha durante el verano del 67. La revuelta volvió a estallar de manos de Eleazar, capitán de la guardia del templo de Jerusalén. Respecto a la figura de Josefo como personaje de su propia obra, queda patente su preocupación por aparecer ante su propio pueblo como un traidor, algo que queda bien reflejado en su discurso frente a Jerusalén. Vespasiano. Firma israelí que produce agua del aire exportará su tecnología a Emiratos, Temería Israel que Irán atente contra sus ciudadanos en Emiratos, Las últimas innovaciones y aportes de Israel, la Start Up Nation. Sus armas de asedio dispararon sin descanso descargas de dardos y piedras de hasta 45 kilogramos de peso. Poco después se plantó ante la mismísima Jerusalén. Sin embargo, Josefo sostuvo después que, aunque había sido un soldado el que había extendido las llamas, el general había ordenado expresamente que no se atacara este edificio. Conocedor de los entresijos de la corte, militar respetado y hombre con grandes capacidades políticas, el general se hartó de ver pasar frente a sí líderes mediocres y aprovechó su poder para hacerse con la poltrona. Y así quedó claro cuando, tras abandonar la urbe, se hizo recuento de los fallecidos (1.500 legionarios) y del territorio perdido (una buena parte de Judea). Quizá por ello, o por la mera locura del entonces emperador Nerón (despótico, belicoso y obsesionado con las conspiraciones contra su gobierno), el veterano general Tito Flavio Vespasiano recibió órdenes de sofocar la revuelta judía por la fuerza. Pintaban mal las cosas para el Imperio. El libro IV da cuenta de las últimas actividades de los romanos en Galilea, la conquista de Gamala y el ascenso al trono de Vespasiano tras la muerte de Nerón en el llamado año de los cuatro emperadores (69). El mismo Josefo también incide en que, durante su estancia en Cesarea, «Tito festejó con esplendor el cumpleaños de su hermano, en cuyo honor ejecutó una gran cantidad de prisioneros judío». Y es que, 12.000 de ellos (20.000, según otras fuentes) fueron enviados a Roma para terminar de levantar el Coliseo con su trabajo. Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico. En 66 los judíos de la Provincia de Judea se rebelaron contra el Imperio romano. A la postre, no obstante se terminó convirtiendo en aquello que más odiaba al dejarse cegar por las riquezas. A la muerte de su hermano, el 13 de septiembre de 81 (según algunos asesinado a instancias de Domiciano), se conviertió en emperador. Durante el mismo, las catapultas y los escorpiones de la X legión se destacaron por su brutalidad. Mientras continuaba la guerra contra los judíos, los soldados en Egipto proclamaron emperador a Vespasiano (1 de julio del 69) y sus camaradas en Judea confirmaron la elección. En todas ellas, la caballería y las máquinas de asedio imperiales destrozaron a los aterrados defensores. Hijo pequeño de Vespasiano y de Domitila, hermano y sucesor de Tito. La barbarie que las legiones romanas demostraron en el año 70 contra los judíos sublevados en Jerusalén asombró tanto al historiador Flavio Josefo, que este decidió dejar constancia de ella en sus escritos. Tres meses e incontables combates después, los legionarios lograron al fin acceder al corazón de Jerusalén e iniciaron una destrucción que todavía se recuerda a día de hoy. Esta página se editó por última vez el 20 sep 2020 a las 05:50. Rabino Yosef Bitton/ VEYETSE: ¿Soñar con ángeles o con ovejas? Vespasiano podría haber continuado su exitosa campaña hasta la misma ciudad de Jerusalén, pero decidió volver a los cuarteles cuando recibió una carta en la que el gobernador de Hispania, Sulpicio Galba, le solicitaba ayuda para marchar sobre la mismísima Roma y acabar con el despótico Nerón. Poco después, el templo de Jerusalén comenzó a arder. Allí hizo una parada más larga y celebró con una brillantez aún mayor el aniversario de su padre con magníficos espectáculos y con otros dispendios que desplegó con ingenio. Al acceder a la ciudad, Tito se vanaglorió de que un poder divino había permitido a Roma vencer aquella resistencia. Tampoco llega a incidir en el mesianismo latente en el ideario judío como una de las causas de la inestabilidad política de Judea. Y así quedó claro cuando, tras abandonar la urbe, se hizo recuento de los fallecidos (1.500 legionarios) y del territorio perdido (una buena parte de Judea). La construcción del Coliseo se sumó a otros tantos destinos igual de terribles. Benedikt Niese (Jürgen Anton Benedikt Niese, llamado también Benedict, Benedictus y Benediktus, 1849 - 1910): Philippe Remacle (1944 - 2011): helenista y latinista belga de expresión francesa. Por favor ingrese su dirección de correo electrónico aquí, NATHAN SHTEREMBERG – PRESIDENTE / MAY SAMRA – DIRECTORA. Cayo Cestio Galo, el gobernador de Siria, fue derrotado en la batalla de Betorón y forzado a retirarse de Jerusalén. Primera página de una edición del s. XII, en, https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Guerra_judaica&oldid=129405508, Wikipedia:Artículos con identificadores VIAF, Wikipedia:Artículos con identificadores BNF, Wikipedia:Artículos con identificadores GND, Wikipedia:Artículos con identificadores LCCN, Wikipedia:Artículos con identificadores NLA, Wikipedia:Artículos con identificadores Open Library, Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0, Φλαυίου Ἰωσήπου ἱστορία Ἰουδαϊκοῦ πολέμου πρὸς Ῥωμαίους βιβλία. Presentan ILAN y Enlace Judío, “Estos ojos han visto mundos enteros”: Joshua Kogan escribe “La Historia de los Judíos en México”. Como mucho, les «pareció un castigo menor». De hecho, cuando Tito regresó un año después a la ciudad para saber en qué punto se encontraban las labores de reconstrucción (pues había sido derruida hasta los cimientos) se encontró con una curiosa estampa: vio como los hombres de la X Fretensis (que habían recibido la orden de quedarse en la urbe para asegurar que no se sucedía una nueva revuelta) excavaban entre los escombros con sus propias manos para desenterrar las riquezas escondidas bajo los escombros de las viviendas. El número concreto de reos es desvelado por el propio cronista romano: «Todos los prisioneros que fueron capturados en el conjunto de la guerra sumaron noventa y siete mil, y los que perecieron en la totalidad del asedio fueron un millón cien mil. Las raíces del conflicto y de la inquina de los emperadores contra el pueblo semita hay que buscarlas en el 64 d.C., cuando llegó hasta Judea el tiránico procurador Gesio Floro. Vespasiano nació en Falacrinae, en el territorio de los sabinos, cerca de Reate.Su padre era un miembro del ordo equester que se enriqueció como recaudador de impuestos en la provincia romana de Asia y como prestamista en Helvecia, donde Vespasiano vivió durante algún tiempo.Su madre, Vespasia Polla, era la hermana de un senador. Al final, no se le ocurrió otra cosa que arrojar a las aguas a varios reos judíos para comprobar si las habladurías eran verdad o no. Tal afrenta no fue pasada por alto. El general había oído hablar de su flotabilidad, pero desconocía si era realidad o mito. Acababa de dar comienzo a una década de muerte. En total, se calcula que unos 12.000 esclavos participaron en la edificación del monumento más famoso de la ciudad. Por si fuera poco, los ciudadanos apoyaron su alzamiento. La mano de obra judía en la construcción del Coliseo romano. Para Roma, aquello fue como un cuchillo clavado en el corazón. En realidad fueron cuatro años de intenso trabajo con la ayuda de doce mil judíos cautivos llevados a Roma por Tito tras la conquista y destrucción de Jerusalén, muchos de los cuales perecieron luego en la arena devorados por las fieras en los juegos públicos. La Guerra de los Judíos es la primera obra que Josefo escribió en Roma y fue terminada y publicada entre los años 75 y 79 de nuestra Era. Pretor en tiempo de Calígula y militar brillante en Britania durante el reinado de Claudio, su humilde origen hizo que no fuese objeto de represalias por parte de Nerón, quien no veía en él amenaza alguna.. Vespasiano. Por suerte para ellos, no se ahogaron. 37-ca. Su empuje fue tan fuerte que 400 valientes de la legión XII Fulminata tuvieron que sacrificarse para cubrir la retirada del resto del ejército. La llegada al poder de Vespasiano no le hizo olvidar la revuelta que le esperaba en Judea. Fue entonces cuando las pequeñas desavenencias derivaron en una auténtica guerra. «Estaba terminando abril cuando Tito llegó a Jerusalén con la V Macedónica, la XII Fulminata y la XV Apollinaris, que de inmediato emprendieron la construcción de un vasto campamento al oeste de la ciudad. En palabras de Josefo, murieron un millón de personas durante el asedio y, tras la conquista, miles de supervivientes fueron capturados y diseminados por todo el Imperio como esclavos. Se centra en la historia del antiguo Israel desde la conquista de Jerusalén por Antíoco IV Epífanes en el año 164 a. C. hasta el final de la primera guerra judeo-romana en el año 73 d. C. La obra fue escrita en un intervalo definido por los años 75 y 79, ya que Josefo menciona en la misma obra la dedicación del Templo de la Paz en el año 75,[1]​ así como que entregó una copia a Vespasiano, muerto en 79. Aunque la barbarie no quedó en ese punto ya que, poco después de que se finalizara su construcción, muchos de los reos fueron arrojados a las fauces de las bestias de los juegos. En muchos de sus saqueos, cuando pasaban dentro para hacer sus rapiñas, se encontraban con familias enteras de cadáveres y con sus habitaciones repletas de víctimas del hambre. Composición. Su brutalidad pronto hizo aflorar el odio de los habitantes. La mayoría de éstos eran judíos, pero no eran naturales de Jerusalén, puesto que se había concentrado gente de todo el país para la fiesta de los Ácimos, cuando de repente les sorprendió la guerra. Este contingente actuó como un rodillo contras las ciudades de Jotapata, Tarichaeae y Gamala. Es probable que, por entonces, no supiera que iba a sucederse una de las épocas más turbulentas del Imperio. Así lo confirma, entre otros, el investigador español José María Zavala en su obra « Las páginas secretas de la historia»: «Vespasiano empezó a levantar el Coliseo en el año 69 de nuestra era, y Tito lo terminó doce años después. Tito Flavio Vespasiano [a] (30 de diciembre de 39-13 de septiembre de 81) fue un político y militar romano que ascendió hasta el trono del imperio con el nombre de Emperador Tito Vespasiano Augusto [b] y gobernó desde el 24 de junio del año 79 hasta su muerte. Al poco, el gobernador de Siria, Cestio Galo, tomó las armas y aplastó con fiereza la ciudad de Jotapata. Todos los derechos reservados 2020 - Enlace Judío ©. En todo caso, el saqueo se generalizó entre los legionarios romanos. El sitio se extendió hasta mayo, cuando el general se armó de valor y comenzó el ataque como tal. Los invasores la sitiaron durante cinco días creyendo que solo era cuestión de tiempo que los defensores se rindieran… Pero no podían estar más equivocados. Aunque, en este caso, prefirió enviar a su hijo Tito a acabar de una vez por todas con los rebeldes. Y es que, mientras todavía estaba en Judea, recibió la noticia de que el emperador había sido asesinado. Tras aquella tropelía, los judíos clamaron justicia ante los superiores de Floro, pero solo obtuvieron el silencio por respuesta. La cantidad de habitantes que había en la ciudad se deduce del censo elaborado en tiempos de Cestio». ¡Has introducido una dirección de correo electrónico incorrecta! También añadió que los combatientes «dieron saco al templo» de la ciudad y «hurtaron muchas cosas» antes de prenderle fuego. Con todo, la obra es más laudatoria hacia Roma que exculpatoria hacia los judíos, debido fundamentalmente a las circunstancias de su redacción, ya que Josefo se hallaba radicado en Roma, acogido por los Flavios. Por si fueran pocas afrentas, el Coliseo también se financió con parte de las riquezas saqueadas de Jerusalén. El flamante militar hizo llamar a los hombres de la XII Fulminata en un intento de que borraran el agravio hecho contra su águila. Vespasiano contempla la construcción del Coliseo - / Vídeo: Vespasiano y la barbarie antisemita ... el último destino de los reos judíos no fue mejor. : Bellum iudaicum) es una obra literaria escrita en griego en el siglo I por el autor judeorromano Flavio Josefo. Por favor, vuelve a intentarlo. La entrada no fue enviada. Vespasiano. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo. Tal afrenta no fue pasada por alto. En cuanto a la figura de Josefo, hay que diferenciar la consideración que se arroga él mismo como autor de la obra y como partícipe de los acontecimientos bélicos durante la rebelión judía. Y este caso es un ejemplo claro. Josefo fue uno de los líderes judíos durante este conflicto, y tras ser capturado por los romanos entró al servicio del futuro emperador Vespasiano, bajo cuyo reinado fue escrita esta obra.
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