“Porque ésta será una ley para los habitantes de Sión, o en cualquiera de sus estacas que se hayan organizado. Dichas entrevistas pueden ser formales o informales y deben tener lugar con frecuencia. Proponemos aquí la definición, sencilla pero sobradamente elocuente, que recoge Francesc Torralba en su libro Sobre la hospitalidad (PPC, 2014). Ir a días de campo, acampar, llevar a cabo proyectos en familia, trabajar en la casa o en el campo, practicar la natación o hacer caminatas, ver películas apropiadas y otros entretenimientos sanos son algunas de las muchas actividades que las familias pueden disfrutar juntos. Hasta tal punto están interiorizados estos usos en la cultura hebrea, que la propia Ley mosaica contiene preceptos de protección al extranjero, asilo o auspicio de hospitalidad recogidos a lo largo y ancho del Pentateuco. This video is unavailable. Todos deben tener la oportunidad, en forma regular, de ofrecer la oración familiar. El Señor ha mandado a los padres que enseñen el Evangelio a sus hijos. Mientras limpian la casa o cuidan del jardín, por ejemplo, los padres deben estar atentos a las oportunidades de hablar en cuanto al Evangelio. You will never be the same: how immersion trips reveal the heart of the mission. El padre debe escuchar cuidadosamente y tomar en serio los problemas y las confidencias de sus hijos. Hoy ya no existen domicilios de referencia: según estadísticas de Naciones Unidas y otros organismos nacionales y locales, más del 70% de los ciudadanos ya no vive donde nació. En una época no menos convulsa que la actual, la Edad Media, el monje de Nursia establece para sus seguidores uno de los pilares de su estilo de vida (junto al Ora et labora) y la norma de oro de las hospederías monacales: A todos los huéspedes que se presenten en el monasterio ha de acogérseles como al mismo Cristo en persona, porque Él dirá un día: era peregrino y me hospedasteis. La diferencia, en el pasado asociada a la marginalidad –con el consabido riesgo de exclusión aún presente–, está llamada a ser la gran riqueza de la nueva civilización; la convivencia de identidades, su rasgo inequívoco; y el diálogo interreligioso, la “hoja de ruta” que contribuya a tender puentes y crear espacios de comunión que, como mínimo, alejen los oscuros presagios de fundamentalismos y extremismos militantes. Ahora bien, esta aproximación de razas y culturas en la realidad diaria viene a desafiar el bienestar de unos pocos construido a costa del malestar de muchos, cuestiona la abundancia de unos pueblos a costa de la depredación de otros, burla cualquier presunta “pureza” de los orígenes a costa de la exclusión de lo diferente. 13 . Al forastero que reside junto a vosotros, le miraréis como a uno de vuestro pueblo y lo amarás como a ti mismo [el gran mandamiento de Lc 10, 27]; pues forasteros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. No en vano, calificamos de ‘hospitalario’ a quien dispensa un recibimiento y un trato ejemplares al forastero, quien ejerce la hospitalidad –diríamos con cierto toque de perogrullada–. Para llegar a ser como nuestro Padre Celestial y volver junto a Él, debemos aprender las enseñanzas de Jesús y seguirlas. Se debe dar la oportunidad de leer a todo miembro de la familia que sepa hacerlo. La familia entera se arrodilla y el padre ofrece la oración o pide a un miembro de la familia que la ofrezca. A los niños pequeños les gusta hacer y contestar preguntas sobre el Evangelio. La Iglesia ha optado por reservar las noches de los lunes para la realización de la noche de hogar a fin de que la famila esté junta y ha establecido que no debe realizarse ninguna actividad de la Iglesia durante esa noche. Y el propio Platón escribe en Las Leyes: Toda falta cometida contra el huésped es una de las más graves faltas que pueden cometerse contra una divinidad vengadora. Y aún con todo, incluso en tales situaciones, etnias, lenguas y creencias están condenadas a entenderse. También en los escritos paulinos abundan las alusiones a las bondades de la hospitalidad, un don que enriquece la vida comunitaria (Rm 12, 13) y al que el autor de la carta a los Romanos exhorta continuamente a sus seguidores (Rm 16, 1-2), incluidos aquellos que aspiren a la “noble función de epíscopo” (1 Tm 3, 2). Las familias que no vivan dentro de los límites de un barrio o una rama deben dar sus diezmos al líder indicado del sacerdocio. Pero todo el Nuevo Testamento está salpicado de referencias más o menos explícitas a la práctica de la hospitalidad: desde la parábola del buen samaritano (Lc 10, 29-37), toda una inolvidable lección de misericordia, que reivindica la auténtica condición de prójimo –especialmente con el desvalido, aun cuando se trate de un extraño o incluso un enemigo–, hasta las múltiples ocasiones en que Jesús es hospedado por amigos o conocidos y se sienta a su mesa: por Marta y María en casa de Lázaro (Lc 10, 38-42), por el rico Zaqueo (Lc 19, 1-10), etc. LEARN MORE . La comprensión y aceptación de la muerte. No os olvidéis de la hospitalidad; gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles Provide services that contribute to the mental health and emotional well-being of individuals and families in the Sacramento community. Siempre debemos comenzar y terminar nuestras oraciones de acuerdo con el primer y último paso, pero lo que digamos durante el resto de la oración dependerá de lo que sintamos que es importante decir. A la mayoría de los niños les encantan los relatos que los padres les cuentan a la hora de dormir y eso ofrece una excelente oportunidad para enseñar el Evangelio contando o leyendo historias de las Escrituras, de las publicaciones de la Iglesia o experiencias personales. Los padres pueden reunir a los miembros de la familia para llevar a cabo un consejo familiar. Cuando los niños pagan el diezmo, los padres deben enseñarles a llenar la papeleta de diezmos, introducirla en un sobre junto con el dinero y enviar el sobre, o dárselo, a un miembro del obispado o de la presidencia de la rama. La propia trayectoria vital de Jesús aparece marcada por la provisionalidad, la desinstalación, el tránsito. Y aquí hay un hecho que reclama nuestra atención para comprender mejor la trascendencia y el origen de la hospitalidad cristiana (y hebrea): la inesperada gestación de ese vástago está estrechamente vinculada a la acogida que su progenitor dispensa a “tres individuos que había parados a su vera”, cuando “apareciósele Yahvé en la encina de Mambré estando él sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día” (Gn 18, 1). Atravesar las fronteras es, pues, el nuevo estatuto de la ciudadanía; “el código genético de la sociedad abierta” –en expresión de Giovanni Sartori– es, por tanto, el pluralismo. Los niños harán preguntas con frecuencia. Comentarios como: “Eres muy trabajador. Todo un desafío, sin duda, iluminado por las palabras y usos de las tradiciones religiosas monoteístas. ‘Hospitalidad’ echa sus raíces en la declinación latina hospes/hospitis, que vendría a significar ‘huésped’. Dicho de otro modo, aceptar la hospitalidad que alguien te brinda le permite a esa persona ejercer Él dijo: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Él nos ayudará si se lo pedimos. Amén”. No en vano, la incorporación del inmigrante a los textos legales es uno de los grandes rasgos diferenciales de Israel respecto a los pueblos que entonces constituían su entorno más próximo. Oramos constantemente para que los padres en la Iglesia acepten su responsabilidad de enseñar y ser ejemplos dignos de los principios del Evangelio a todos sus hijos. La administración financiera de la familia. (Heb 13, 2). La cálida acogida que todos ellos pudieron experimentar durante esos días da fe de que la hospitalidad compartida por las tres grandes religiones monoteístas es la primera y mejor semilla para una convivencia fraterna y duradera. Ya sea por razones exclusivamente humanitarias de pura filantropía, por principios filosóficos (para los estoicos, por ejemplo, somos ciudadanos del mundo, por lo que no contemplan el concepto de extranjero, y juzgan inhumano el hecho de no conceder hospitalidad) o por causas religiosas (el temor divino), el caso es que la obligación de conceder hospitalidad no solo se convirtió en signo de civilización o llegó a ser considerada entre los romanos como “alta virtud”, sino que ha pasado a la historia como una de las credenciales indiscutibles de la idiosincrasia de los pueblos semitas y mediterráneos. Las familias que realizan actividades juntos disfrutarán de mayor amor y armonía en el hogar. Algo, en el fondo, comparable a la descripción bíblica del Juicio Final que narra Mt 25, 31-46. Como extranjeros, la familia de Nazaret, en Galilea, llega a Judea y busca cobijo. Dijeron ellos: ‘Hazlo como has dicho’ (Gn 18, 4-5). Sin embargo, ambos vocablos incorporan un matiz fundamental para entender en toda su amplitud el tema que nos ocupa: se trata de instituciones o espacios “especializados” en dar cobijo a los más desvalidos y vulnerables (enfermos y huérfanos), lo cual significa que la práctica de la hospitalidad alcanza su plenitud cuando quien la solicita padece las circunstancias más adversas (pobres, refugiados, emigrantes…), como tendremos ocasión de comprobar al revisar algunos episodios o relatos de las distintas religiones. Los niños pequeños pueden orar en su turno con la ayuda de sus padres. Y aquellos cultos y viajados griegos deciden instaurar las “leyes de la hospitalidad”: así, por ejemplo, entre ellas se contemplaba la acreditación de la identidad, requisito que perduraría a lo largo de los siglos hasta tomar hoy la forma de solicitud de papeles al inmigrante. Ya Edipo, rey de Tebas, solicita asilo a Teseo, rey de Atenas. Experience the impact of El Hogar. Los padres deben siempre tomar tiempo para darles una respuesta sencilla. De tal modo que, enseguida, dispuso para sus huéspedes (el propio Yahvé y dos ángeles, según el relato yahvista de esta teofanía) toda clase de atenciones: Ea, que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo este árbol, que yo iré a traer un bocado de pan y repondréis fuerzas. Lectura de un pasaje de las Escrituras o de una poesía (por un miembro de la familia). El extranjero, de hecho, aislado de sus compatriotas y su familia, debe ser el objeto del más grande amor de parte de los hombres y de los dioses. Líderes cristianos, musulmanes y judíos en una vigilia por la paz. Del 12 al 18 de julio de 2014, Vida Nueva – Revista y portal de noticias religiosas y de Iglesia, El culto a la hospitalidad en las religiones monoteístas, Bajo la encina de Mambré. Gracias a las nuevas tecnologías y a la red de transportes, esta “sociedad móvil” facilita la comunicación y transforma a los seres humanos sedentarios en transeúntes. El momento de realizar la oración familiar es una excelente ocasión para enseñar a los niños la manera de orar y para enseñarles principios como la fe en Dios, la humildad y el amor. Los niños pequeños pueden ayudar en tareas como dirigir la música, citar un pasaje de las Escrituras, responder a preguntas, sostener láminas en alto, repartir el refrigerio y orar. La manera de obtener y compartir un testimonio. Trataremos, pues, de descubrir el alcance e interés de esa hospitalidad como valor en los nuevos universos simbólicos, culturales y religiosos y su articulación en el seno de las sociedades actuales. Una vez acogidos, se leerá ante ellos la ley divina y luego se les obsequiará con todos los signos de la más humana hospitalidad. Uno de los grandes pensadores contemporáneos, Emmanuel Levinas, fundamenta su antropología en la afirmación rotunda de la primacía del otro como verdad fundamental del ser humano y lugar donde adquieren sentido sus dimensiones metafísico-religiosas.
2020 el hogar y el mundo y gitanjali